Mis documentos / Pablo Toro

17Dic10

Mientras mucha literatura contemporánea pierde épica, aburre por su dirección prosaica o autoreferencial, mientras los blogs y su anecdotario envejecen y, en definitiva, lo nuevo se vuelve prefabricado y esperpéntico como un niño viejo, Hombres maravillosos y vulnerables (La calabaza del diablo) del chileno Pablo Toro (1983) depara una ambición distinta en cada cuento de su primer libro: se zambulle en las inflexiones de una chilenidad globalizada, opera a corazón abierto, hurga como un exorcista enloquecido en el nonsense político de una sociedad que parece invadida por la mitología del amigo americano. Toro no es un escritor que siga el imperativo de la amabilidad temática o estilística: si algo abunda en sus personajes es el dolor absurdo, la derrota física. Desfila la escatología de un Pinochet senil y glotón; la servidumbre humillada de un aspirante a asistente de producción frente a un amo capitalista y autómata de la perversión; la mercadotecnia sentimental de una pareja alienada; el autocoito hermafrodita en una zona fantástica de Santiago –Parque Avendaño–; la soledad trash y el misticismo americano en un barrio de “maravillosos niños traficantes”, y la demencia lisérgica de un actor porno y performer manco que sólo habla de fiestas y que protagonizó películas secretas de un Raúl que sin duda es el gran Ruiz. Como si esto no fuera suficiente para distinguir a Toro de sus contemporáneos jóvenes, en su único libro publicado hasta el momento también se explora una ciudad fragmentada, tomada por una aridez familiar, como si Santiago volviera a ser, silenciosamente, un territorio de batalla en el que los perdedores reviven y resisten. Algunos cuentos, como El proceso, podrían  ser capítulos de una novela gótica y a la vez burroughsiana en torno a la figura de Jimmy Solomon Sachs, primero amigo americano que irrumpe en la vida de un hombre arruinado para salvarlo con su prédica psicópata, luego cineasta de la violencia secreta que altera el destino del extraordinario pornógrafo manco que corona el último cuento del volumen.

Oliverio Coelho



2 Responses to “Mis documentos / Pablo Toro”

  1. 1 Niño viejo

    Felicidades a Toro por ocupar una posición estratégica de excelencia, como es una buena crítica en Inrockuptibles. Permítanme sí esta anotación para Coelho: dónde hay un niño viejo prefabricado y esperpéntico para comprobar la exactitud de tus dichos? el único que yo haya visto era Sebastian, de Blade Runner, y era creativo y hermoso!

  2. 2 lucas

    El niño prefabricado y esperpéntico es lo nuevo que envejece al año, no un cuento de Toro. Los blos son esperpénticos y la literatura de blogs es prefabricada. Qué viva Toro.


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